Desde el desierto de mi alma te escribo en este día gris... Nuestra historia aún se escribe con tinta indeleble que abraza tus mañanas y trae hasta mis laderas tus frías manos que un día dieron tanto calor a mi cuerpo... ¿Llorar yo? ¿No fuiste acaso tú el que se perdió en la niebla
de la noche y no regresó a mí? ¿Nos quedará aún el recuerdo? O, quizás todo se lo llevó el mar y el viento...
Estoy cansada de caminar sin rumbo, de poner límites a mi conciencia, de quedarme con los ojos secos de hacer mil preguntas a las que no encuentro respuesta. Hoy estoy cansada de todo de no tener ese amor que me dejó con los labios secos, cansada de vivir a medias, de ver que cada pisada que doy me acerca mas a mi fin... Hoy estoy cansada.
Mientras tú no estés aquí mis ojos aún te recordarán y mis lágrimas caerán. Por momentos te siento cercano, tanto que casi podría tocarte, pero siempre es así en mis sueños, donde no hay distancias, fronteras, un pasado, o una línea de tiempo que separe límite nuestras vidas… El dolor es cuando despierto y comprendo cuán lejos estás de mi realidad.
La infidelidad duele hasta los huesos para quien la sufre, y también destroza todo lo que con tanto amor por años se ha formado. No importa cuan aburrido esté la relación, hay que volver a recomenzar, tratar de volver a pensar qué fue lo que tanto te enamoró de esa persona y tratar de recuperarla. No sigas por el camino de la infidelidad, nadie ha ganado esas guerras.