Yo decido ser feliz, tú también puedes hacerlo. Tú decides, la elección es tuya.hoy mismo puedes sentir celos, ira, hostilidad, miedo, culpa, preocupación, vergüenza o resentimiento. Todo esto lo puedes sentir si así lo decides. O TAMBIÁ‰N puedes sentir tranquilidad, esperanza, fe, amor, alegría y otros tantos sentimientos que te den estabilidad cuando decidas pensar en forma optimista y positiva.
¡Disfruta de la vida y de ti misma! Ponte guapa, arréglate el cabello, escucha música, pon paz en tu corazón… teniendo tantas cosas positivas dentro de ti, reparte y que todos se contagien con tu alegría. Regala besos sólo porque sí, no tiene que haber razones especiales para decir un “te quiero— a cualquier persona que se cruce contigo.
Así es el amor: silencio, miradas... y entonces te das cuenta: que es él quien hace mover tu mundo, él que parecía tan lejano... está cerca tuyo y nada dice, sólo te mira y te das cuenta que no habrá otro así: que mueva tu corazón, te entienda sin hablar, y que con tan sólo unas miradas puede decirte y escucharte todo. -No hace falta más.
Mantén tu corazón en paz, lleno de buenos deseos. Busca siempre la paz, la tranquilidad y sobre todo el amor. Ama a todo lo que te rodea, pero sobre todo ámate a ti misma. Y no permitas que el caos de este mundo te atrape. Mantén la calma. Vive de manera plena y recuerda: orden. Mucho orden, tanto en tus ideas como en tu vida cotidiana.
Si en tu corazón anida la felicidad, aun en estos tiempos que ya no puedes hacer tanto como antes: disfruta de los recuerdos, de los amores que has tenido, la sonrisa de tus hijos y los besos de tus nietos… cada momento es único en nuestras vidas.
Hay que vivir enamorada de la vida, con agradecimiento porque te han regalado un pedacito de cielo aquí en la tierra. Vive feliz y sonríe… porque eres así: una persona agradecida con la vida
